El ODP (Ozone Depletion Potential) o Potencial de Agotamiento de Ozono es un coeficiente con el que se mide la capacidad destructiva de un fluido refrigerante frente a la Capa de Ozono, es decir que, mientras más desctructiva sea la composición química del refrigerante, mayor ODP tendrá.
El valor de referencia para la medición del ODP se ha establecido a partir del fluido refrigerante más contaminante que ha existido: el R-11 o Freón 11 (Triclorofluormetano [CCI³F]), ampliamente utilizado en sistemas de aires acondicionados industriales, compresores de turbinas de media y alta potencia. Es importante destacar que a día de hoy este refrigerante ha sido totalmente prohibido y en total deshuso debido a su alto grado de destrucción de la capa de ozono al poseer 3 átomos de cloro en su molécula.
La medición del ODP es muy sencilla, puesto que el valor más alto es 1, mismo en el que figura el R11, anteriormente mencionado, por su alto contenido de cloro. Por lo tanto, todos los refrigerantes excentos de cloro en su composición tienen un ODP igual a cero.
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Lista de algunos refrigerantes según su ODP:
R-11: 1
R-12: 1
R-22: 0.05
R-401B: 0.040
R-401A: 0.037
R-32: 0
R-134a: 0
R-1234yf: 0
R-410A: 0
R-404A: 0
Importancia de un bajo ODP
Como ya hemos mencionado, mientras mayor tendencia tenga a cero (0) el ODP de un refrigerante, menor capacidad destructiva tendrá sobre la capa de ozono, pero, ¿qué tan importante es que un fluido refrigerantes tenga un bajo ODP?
Por si no lo sabías, está demostrado científicamente que el cloro (C) de los refrigerantes CFC's (clorados), destruye la capa de ozono cuando se libera a la atmósfera. Como ya sabemos, la capa de ozono está compuesta por moléculas conformadas por tres átomos de oxígeno (O³). Entonces, cuando un átomo de cloro hace contacto con una molécula de ozono, esto provoca que uno de los tres átomos de oxígeno se separe, dejándo la molécula con solo dos átomos de oxígeno (O²), mientras que la molécula separada queda libre.
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| Proceso de destrucción de la capa de ozono. Imagen: Utopía Vital Blog |
Esta separación de átomos es la que provoca el agujero en la capa de ozono y es así como a través de ese agujero entrán a la atmósfera terrestre los rayos ultravioletas emitidos por el sol, lo cuál a su vez, aumenta la sobreexposición a estos rayos y los problemas de salud asociados a ellos, como las probabilidades de provocar cáncer en la piel, cataratas, debilitar el sistema inmune, así como afectar negativamente los cultivos, la fauna y causar cambios drásticos en los ecosistemas en general, de los cuáles depende nuestra propia vida.
Por si eso fuera poco, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU., se estima que un átomo de cloro es capaz de destruir cerca de 100,000 moléculas de ozono estratosférico. Este proceso de destrucción del ozono sólo se detendría hasta que el átomo de cloro se mezcle con algún compuesto químico que lo neutralize o bien, cuando el aire en la estratósfera retorne a la troposfera cargado de una gran cantidad de gases halogenados altamente reactivos, los cuáles son removidos de la troposfera a través de la lluvia, siendo finalmente depositados en la superficie de la tierra.
Sin embargo, a pesar de que se ha logrado reducir la destrucción de la capa de ozono y algunos estudios han revelado que se ha ido recuperando gracias a, entre otras medidas, la prohibición y deshuso de productos químicos clorados y la fabricación de nuevos refrigerantes, es el efecto invernadero otro de los problemas a los que también nos enfrentamos. Aunque ese es un tema para otro post.
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