La realidad de los HFC: Refrigerantes Hidrofluorocarbonos



Con el paso del tiempo y las necesidades que surgen  en todo el mundo, el ser humano ha tenido que recurrir a su gran ingenio para satisfacer estas necesidades, sin embargo, en un principio, su único objetivo era precisamente ese, satisfacer a la población y mejorar su condición de vida, sin darse cuenta que estaba afectando a nuestro planeta. Tal es el caso de los refrigerantes, un gran invento, creado para ser empleado en la refrigeración y conservación de los alimentos, así como en el acondicionamiento del aire, entre otras aplicaciones, para así lograr el confort humano.

Adelantándonos un poco en la historia, el surgimiento del R-22, un refrigerante que hasta la actualidad sigue siendo igual de famoso y conocido como lo es de dañino fue, en su momento, una de las soluciones más excepcionales para la refrigeración. Con el pasar del tiempo y las investigaciones científicas, se determinó que este refrigerante, por su contenido de cloro (el cual se encuentra dentro de los grupos CFC y HCFC), formaba parte del grupo de las Sustancias Agotadoras de Ozono (SAO), por lo que era necesario crear una alternativa, un sustituto que ofreciera las mismas propiedades de refrigeración (o al menos que fueran muy similares) y que no contribuyera con la destrucción de la Capa de Ozono. Es así como surgen los refrigerantes HFC, dentro de los cuales se encuentra el muy conocido R-410A. 

Los HFC o Hidrofluorocarbonos son compuestos utilizados como sustitutos de las Sustancias Agotadoras de Ozono, ya que estos no degradan la Capa de Ozono al no contener cloro en su compuesto, razón por la cual se consideró como "ecológico" en su tiempo, sin embargo, lo que muchos no tomaron en cuenta fue su contenido de Flúor y que este elemento se comportaba como un gas de efecto invernadero al ser emitido al ambiente, logrando un Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA) relativamente alto, por lo que contribuía, entonces, al calentamiento global, esto debido a que atrapan miles de veces más calor en la atmósfera de la Tierra que el dióxido de carbono (CO2) y tienen una larga permanencia dentro de la atmósfera. 

Los Hidrofluorocarbonos se utilizan en sistemas de aire acondicionado y refrigeración, siendo este su uso más conocido, en bombas de calor e incluso en extintores de incendio, aerosoles y disolventes, y algunas de las principales características de estos refrigerantes es que son no inflamables y tienen índices de toxicidad muy favorables para su trabajo, lo que permite su uso en aplicaciones domésticas e industriales, lo que los convierte en una solución técnica de lo más confiable. 

El uso de los HFC describe un rápido crecimiento, con un aumento de emisiones de hasta un 10% anual impulsado por una creciente demanda de refrigeración, especialmente en los países en desarrollo con una clase media en rápida expansión y de climas cálidos. 

Ref.: La vanguardia

Aunque los HFC representan una pequeña fracción de todos los demás gases de efecto invernadero, sí que es cierto que el uso muy demandado de instalaciones de refrigeración y acondicionamiento de aire provoque el crecimiento cada vez más exponencial de estos gases en la atmósfera.



Estos datos, entre otros, suponía que en el futuro se implementaran nuevas reglamentaciones y normas de prevención relacionadas con el ambiente y las instalaciones de sistemas frigoríficos y de aire acondicionado. Y en efecto, no se hizo esperar, y en enero del 2019 entró en vigor La Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, una forma importante para incrementar los esfuerzos para reducir drásticamente los gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global.

Dicho acuerdo contempla que durante los próximos 30 años se reducirá en más del 80% la producción y el consumo de Hidrofluorocarbono (HFC), entre otros compuestos orgánicos utilizados en los sistemas de refrigeración y aire acondicionado, dado que si se implementa completamente, la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal se puede evitar hasta un 0,4°C de calentamiento global para finales del siglo.

Lo dicho anteriormente podría dar paso a una eliminación gradual de los refrigerantes HFC muy utilizados hoy en día como el R-410A, al que muchos están acostumbrados para dar paso a nuevos refrigerantes más amigables con el medio ambiente, aunque por supuesto, eso supondrá una actualización en nuestros conocimientos y habilidades para trabajar con los nuevos productos.

Publicar un comentario

0 Comentarios