Características de un buen refrigerante


En el mundo de la refrigeración, encontraremos una gran variedad de refrigerantes que podremos usar en los diferentes sistemas de refrigeración y aires acondicionados, cada uno ajustado a las especificaciones y características que los fabricantes determinen para sus equipos. Debido a ello, será necesario conocer cada tipo de refrigerante que existe en el mercado. 

Hemos hablado en varias ocasiones acerca de los tipos de refrigerantes y las características específicas de cada uno, sin embargo, resulta interesante descubrir cuáles son las características de un buen refrigerante, es decir, tratar de dilucidar cuál es el mejor de todos. El refrigerante ideal para todos los trabajos. 

Si bien es cierto que si tuviéramos al mejor refrigerante, no lo podríamos usar siempre, pues, como se mencionó antes, dependería de cada fabricante y las características en que fabriquen cada uno de sus equipos. Podrían ser de mayor o menor capacidad y utilizarían uno u otro refrigerante, pero, ¿Qué hace a un buen refrigerante? 

En términos ideales, existen muchas características que pueden hacer a un refrigerante el mejor de todos. Características más bien técnicas y muy profundizadas en el análisis, tales como los niveles de presión, vaporización, condensación, temperaturas, entre otros datos, sin embargo, en esta ocasión hablaremos acerca de las características de un buen refrigerante en términos más bien generalizados. 

Características de un buen refrigerante

A continuación, se presentan las características de un buen refrigerante. Es importante hacer énfasis en que estos son datos generales pues, existen muchas más características detalladas que hacen de un refrigerante un buen refrigerante. En esta ocasión se presentan siete características, las cuáles, sin más rodeos, vemos a continuación:

1. No debe ser tóxico: Un refrigerante no debe ser tóxico ni causar ningún tipo de daño a la persona que trabaje con dicho material. No debe provocar daños parciales ni permanentes, al ser inhalados o al tener contacto con partes del cuerpo del técnico ni de ninguna otra persona, al igual que no debe afectar al medio ambiente. 

La mayoría de los refrigerantes domésticos no son tóxicos, lo cual los hace muy seguros para aplicaciones de este tipo. Sin embargo, refrigerantes como el R-717 sí que lo son, por lo que es necesario tener las precauciones necesarias para su uso. 

2. No debe ser inflamable: Una sustancia que es inflamable es la que tienen probabilidades de arder bajo ciertas condiciones. Un buen refrigerante debe ser todo lo contrario, es decir, NO debe ser inflamable. 

Algunos refrigerantes en sus estado puro no son inflamables, pero cuando se mezclan con el aire sí que pueden llegar a serlo. 

La clasificación de seguridad de los refrigerantes establece los niveles de riesgo de cada uno bajo las siguientes categorías: 
  • A1: Baja inflamabilidad. Dentro de los cuáles se encuentran el R-22, R-134, R-410A, entre otros.
  • A2: Media inflamabilidad. Dentro de los cuáles se encuentra el R-32.
  • A3: Alta inflamabilidad. Dentro de los cuáles sen encuentran el R-600, R-290, entre otros.

El anteriormente mencionado R-717 es también inflamable. 

3. No debe ser explosivo: Un refrigerante debe seer seguro al trabajar, y una de las características importantes que debe cumplir es que no debe ser explosivo. Bajo ninguna circunstancia deber explotar, pues, sería un grave riesgo para el técnico y las personas a su alrededor, así como de los bienes materiales que se encuentren cerca del punto de ignición. Por supuesto, hay refrigerantes que son explosivos, y un ejemplo es el citado R-717 que al mezclarse con el aire explota. 

Hay ciertas condiciones en que un refrigerante explote, sea por su composición o por descuido de la persona que trabaje con estas sustancias, pues, el acercas una llama provoca la explosión. Entre los refrigerantes no explosivos se encuentran los también ya citados R-22 y R-134, lo que los hace, entre otras características, excelentes para su uso doméstico. 

4. No debe ser corrosivo: Un refrigerante no debe atacar los metales del sistema de refrigeración. Si lo hace, podría provocar daños serios en las partes internas del sistema, por ejemplo, en las partes móviles del compresor, o las tuberías de aluminio o cobre del circuito. 

Los refrigerantes haluros y azeotrópicos en su estado puro no atacan a los metales. Algunos, en cambio, pueden afectar otro tipos de metales, como el hierro o el bronce. El R-717, por ejemplo, puede llegar a corroer tuberías de cobre, razón por la cuál no se emplea este material en sistemas que usen este refrigerante. 

Un dato muy importante, es que todos los refrigerantes, al mezclarse con humedad, pueden volverse muy ácidos, lo que provocaría la corrosión de los metales del sistema, es por ello que la humedad es uno de los aspectos a cuidar cuando se intervienen los equipos. 

5. Bajo punto de ebullición: Todos los refrigerantes cuentan con un punto de ebullición, o sea, la temperatura a la cual la presión el vapor de líquido es igual a la presión que lo rodea, y se transforma en vapor. Cuanto más bajo sea el punto de ebullición de un refrigerante, mejor será el efecto de enfriamiento del mismo. 

El refrigerante R-410A tiene un punto de ebullición de -51.6 °C (-60.9 °F), el R-22 un punto de ebullición de -40.8 °C (-41.6 °F) y el R-134 de -26.05 (-14.9 °F), por mencionar algunos. 

6. Debe ser químicamente estable: Cuando el refrigerante fluye a través de un sistema de refrigeración en funcionamiento, este se mezcla con otras sustancias, tales como el aceite. Al hacerlo, el refrigerante no debe desestabilizarse y debe conservar su composición química, sin afectar a las otras sustancias con las que tiene contacto. Si lo hace, el refrigerante se convertirá en otra sustancia que podría ser perjudicial para las partes del sistema, como los filtros deshidratadores, dispositivos de control de flujo o el compresor.

Mantener su composición química y que todas las sustancias dentro del sistema trabajen juntas sin afectarse unas a otras, garantiza el buen funcionamiento de un equipo. 

7. Debe ser miscible con el aceite: La miscibilidad es un término usado en la química y hace referencia a la propiedad que tienen algunos fluidos para mezclarse con otros.

Como sabemos, el refrigerante, al fluir por el sistema lo hace en conjunto con aceite, en cantidades muy pequeñas, pero necesarias. El encontrarse estos dos fluidos deben poder mezclarse bien. Si lo hacen, significa que son miscibles. 

El problema es que cuando no son miscibles, el aceite puede llegar a formar una película en el evaporador, lo que provocaría que el sistema no trabaje correctamente. 


Un buen refrigerante debe contar con estas características, sin embargo, no todos las cumplen e igual se continúan utilizando en la actualidad, siendo muy eficientes. La mayoría de los refrigerantes no cumplen con todos los aspectos antes mencionados, pues, si son buenos el algunos aspectos, no son tan buenos en otros, pero aún así, su uso es muy esencial en la industria de la refrigeración y su aplicación estará siempre ajustada al tipo de sistemas con que se trabajen. 

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